jueves, 14 de octubre de 2010

De arena y nubes.

En este país les encanta pedir citas, y más aún darlas. Es como si así suplieran algún tipo de carencia... ¿Quieres abrirte una cuenta en el banco? Pide cita. ¿Quieres registrarte en el país como extranjero residente? Pide cita. ¿Quieres pedirle una cita a alguien? Cambia de país. O eso me han dicho, aunque yo no me lo creo. Sobre todo porque veo muchos niños por la calle, y una cosa es imposible sin la otra.

El sábado pasado aproveché que hacía buen día y me fui en bicicleta a la playa. También se puede ir con el tranvía número 11, que te deja justo en el paseo marítimo. La playa aquí en La Haya es curiosa. Tiene un aire setentero casposo, mezclado con edificios de principios del siglo XX, restaurantes de vanguardia, puestos de pescado y patatas fritas y un Mac Donalds. Actualmente toda la zona está en obras. Están ampliando el paseo marítimo, y enmascarando así un reforzamiento de los diques, ya que La Haya es la parte más vulnerable a una eventual subida del nivel del mar de toda Holanda.



Al final del paseo marítimo hay una playa salvaje hasta cierto punto, que tiene detrás unas dunas con poca vegetación, pero que le dan un aire muy asilvestrado. Muy de playa salvaje como a las que iba yo de pequeño en Marruecos. La arena es bastante blanca, el agua no está sucia, pero el mar y el viento quizá, sí que arrastran basura, y se ven algunos plásticos o botellas. Una lástima. Aún así, merece la pena. Por lo apacible del lugar.


4 comentarios:

  1. ¡La playa cerca de casa es lo que más echo de menos!

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  2. La verdad es que aunque sea una playa del norte, nada que ver con las que yo conozco, es agradable saber que siempre puedes acercarte a oler el mar, aunque llueva 5 meses al año sin descanso. De todas formas, seguro que en este año tu verás playas mucho más bonitas :)

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  3. joer, que guapo está tio, yo todavía no fui a la playa de Copenhague, pero tengo que acercarme un día pronto (especialmente ahora que está haciendo bueno)

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  4. Muy bonito tío... que envidia poder coger la bici para darte una vuelta por la ciudad, por aquí eso es imposible: a base de taxis.

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