El gran mercado.

Ya son cuatro los días que llevo en la oficina, y se nota que todo está más calmado. Me aburro. Pero al menos ya tengo bicicleta y no parezco pobre. Porque en Holanda, andar es de pobres. Una bicicleta que esté destartalada te puede costar unos 20€. 5€ si se la compras a un yonki en la estación de tren, pero te arriesgas a que te multen por ello. Comprar en la calle es ilegal. Una más nueva o mejor cuidada, te puede costar entre 50€ y 100€, dependiendo de los accesorios, de si tiene cambios, de la marca ... Yo me he comprado una por 90€ que tiene 7 cambios, un candado de rueda y otro de cadena, doble freno de zapatas (el freno de las bicis del pueblo de nuestros abuelos, de los que frenan bien), un soprote trasero con abrazaderas elásticas, juego de luces alimentado por dinamo y más cosas que no recuerdo, porque aún no he podido utilizarla.

Poco a poco voy descubriendo la ciudad, algunos buenos sitios para comer o beber algo, y delicatessen locales, como los restaurantes indonesios. Por ahora por donde más me he movido es por Grote Markt. Es una de las plazas principales de la ciudad, algo alternativa por lo que me cuentan, donde te puedes sentar a tomar una cerveza y que de repente empiece un concierto de jazz. Siempre es agradable pasear la mirada de pecho en pecho al ritmo marcado por un contrabajo bien tocado.