sábado, 27 de noviembre de 2010

Cocinar sin descongelar.

Veinticuatro de Noviembre de 2010. Primera nevada en La Haya. Nada importante, no hace frío para que la nieve cuaje, y en cuanto toca el suelo, se deshace el copo y se convierte en agua sucia. Pero durante unos instantes ese copo de nieve, único en el tiempo, es copo. Es un copo que, quizá sin quererlo, quizá sí, se dirige directa e ineludiblemente a uno de mis dos ojos. Y es que si ya en Polonia me atacaron los copos de nieve paseando cerca del castillo de Wawel, empujados por el viento, esta vez en cambio era yo quien, como un kamikaze en la guerra del pacífico, me lanzaba contra ellos al grito de ¡Ay!

Me resulta muy curioso ver a diario cómo mucha gente que va en bicicleta sin guantes ni gorro ni bufanda, pero sobretodo sin miedo y con mucha determinación. La determinación que te da un acto mecanizado. Me resulta muy curioso verles en bicicleta con un paraguas, hablando por el móvil o comiendo. Es un control que sólo se gana con el tiempo y la experiencia.

Yo he aprendido ya a no mirar atrás cuando tengo que cambiar de carril o de dirección, sino a sacar el brazo del lado hacia donde voy a girar. Y es mucho mejor así, porque si miras para atrás todo se alinea y de repente tienes una señora en bicicleta delante. Y yo no tengo seguro de bicicleta. Aún.

El miércoles veinticuatro de Noviembre, el día de la primera nevada, salía de un coffe shop que hay en el centro de La Haya. El cremers. Puede que se convierta en mi local favorito. Es un sitio muy peculiar. En realidad no es un coffe shop, sino un bar. Es el único bar que sirve alcohol, por diez euros te sirven una jarra de litro y medio de cerveza, y permite que se fume marihuana. En el sótano tiene una sala de conciertos donde se puede fumar tabaco, pero no marihuana. La planta de arriba, el bar en si, sí permite que se fume marihuana, pero no tabaco, y en la antesala del local de conciertos, donde está el bar del sotano, no se puede fumar ni tabaco ni marihuana. Muy holandés.

Si eres de los que les gusta fumarse un cigarro con su cerveza, en el cremers tienes dos opciones. Meterte en la pecera de un metro cuadrado que hay justo a la entrada, o ir sólo cuando hay concierto. Esta ultima opción no la recomiendo, porque realmente es un bar muy acogedor. Buena música y mucha gente drogada. Así que si te fusta fumar cannabis, ese es tu sitio en el centro de La Haya. Si no fumas, pero no te molesta el humo, ese es tu sitio en La Haya. Y si por último no te gustan esos ambientes, siempre puedes ir a cualquier bar de Grotte Markt. El SuperMarkt, por ejemplo, también suele tener música en directo.

3 comentarios:

  1. Me ha encantado esta entrada, Karim. Eres un poeta!

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  2. Hola Karim! Soy una amiga de Robert y Gemma (en Taipei). Estuve viviendo en La Haya hasta mayo de este año, y la hecho de menos! Me encanta el cremers, era de mis sitios preferidos, solíamos ir después del trabajo. Me encantaba la música y el ambiente del local, te podías encontrar de todo! jajaja estaba genial!
    Hay un pub cerca del cremers, que se llama de paab, acercate un dia (si no lo has hecho ya...), seguro que te gusta, suelen hacer música en vivo. Y sin duda, mi restaurante preferido es un japonés al lado de la iglesia, el Genki-Tei... mmmmm!

    Lo único que no hecho de menos es el frio... jejejeje! Ya verás cuando se hiele el lago del binnenhof! es genial!

    Un saludo!!!

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  3. Hola Mai :) Robert me contó su viaje por aquí y me enseñó fotos cuando dormíamos juntitos en Madrid :)

    Por fin alguien que echa de menos esto, jajaja. Esos locales que dices están muy guays, pero el mejor sitio es el centro español. Si por desgracia no lo conociste, que me cuesta creerlo, tienes que volver. Un club "privado" regentado por un gallego que lleva aquí 36 años y que te habla en holandés aunque sepa que eres español. Te ponen jamón y queso, te hacen paellas o lentejas por encargo, y te cobran a precio de bar de barrio de pueblo castellano.

    Así da gusto :)

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