miércoles, 19 de enero de 2011

Mis dos piernas redondas.

Son tres meses y medio ya en La Haya. Muy poco tiempo si lo comparo con mis veintisiete años, mucho tiempo si lo comparo con una conversación telefónica. El tiempo no se puede medir en si mismo, sino comparándolo. Y estos tres meses y medio, los compare con lo que los compare, se me han hecho cortos. Me quedan pequeños. Y a pesar de ello, veo detalles, comportamientos y actitudes en mi, que antes no tenía. ¿Cómo es posible que tan poco tiempo influya tanto en una persona? Para mi es algo de lo que hay he hablado. Habituamiento. Costumbre. Pero sobretodo, estar dispuesto a ese cambio.

Ayer mismo volvía a mi casa en bicicleta cuando un coche no me cedió el paso y una señora mayor invadió mi carril bici sin mirar. Y digo bien, mi carril bici. Me enfadé bastante, y pensé "Qué curioso". En España jamás me habría enfadado, porque ninguna de las dos situaciones me habría pasado jamás. En cambio aquí, en tres meses y medio, me resulta ya inimaginable que alguien no respete el carril bici. Es mio, y mi bicicleta mis piernas. No se andar, lo hago torpemente y a veces hasta tropiezo. En España me pasaba eso con el coche. Aquí ni me acuerdo de él. Las llaves que nunca olvido son las de la bicicleta. Las luces que enciendo antes de ponerme en marcha son las de la bicicleta. El nivel de aceite que reviso es el de la bicicleta.

Al principio es gracioso. La usas para todo, y eres consciente de ello. La compra, ir al trabajo, ir a tomar algo al centro, volver del centro en zig zag... pero con el tiempo simplemente no concibes la vida sin ella. Son tus piernas. Tus piernas redondas. Cuando se me pinchó una rueda, fue como cuando me hice un esguince y no podía andar. Me sentí impotente, frustrado e inmovilizado. Treinta y siete euros y tres horas de taller fueron mi anti inflamatorio.

Se que hablo mucho de la bicicleta, pero realmente es el centro de la vida de un recién llegado a Holanda. Es lo primero que compras, es lo que más utilizas, es lo que te ahorra tiempo y dinero y es lo que te hace sentirte más integrado. Ser uno más.

Podría hablar de los paquetes de tabaco con diecinueve cigarros, de los paquetes de pañuelos de papel con nueve pañuelos, de los bidones de zumo de dos litros o de las cervezas de marca blanca, pero eso ya vendrá.

6 comentarios:

  1. Hola Karim!

    37 euracos por arreglar un pinchazo? Tres horas? Pero si aqui en Casablanca te lo arreglan por 5 dirhams en 5 minutos! Chico, te recomiendo que te compres las herramientas por cuatro duros y te arregles el pinchazo yourself. Yo ando en bici por Casablanca, y los 5 dhs me parecen de risa, pero a esos precios...

    Un abrazo,
    Mehdi

    ResponderEliminar
  2. Hey tio! Qué alegría leerte por aquí :)

    Los 37 fueron por cambiar la cámara y la cubierta, que por lo que me dijo el mecánico, la había gastado por llevarla por la nieve ...

    Tendré que buscar algún taller marroquí aquí en La Haya jejeje

    Un abrazo muy fuerte.

    ResponderEliminar
  3. jajajaja! te entiendo perfectamenteee! cuando vivía en Alemania me pasaba igual, nunca salía de casa sin la bici, dejé de caminar y pasear, hasta tenía bicis de repuesto para cuando venían visitas! Cuando me volví de alemania... me traje la bici conmigo!!! :_) me fue imposible abandonarla allí... Era como dejar mis piernas xD

    ResponderEliminar
  4. Pon una foto de tu famosa bici,que recuerdos en esas tierras contigo, un abrazo a khay hehe cuidado con subir aceras de lado hahah

    ResponderEliminar
  5. Mai, ¿No vivías en La Haya cuando Robert y Gemma te visitaron? ¿Aquí salías sin bici? ¡Pero si aquí no hay aceras! Esto está pensado para ir de cualquier manera menos andando :)

    Hamza, no podría mostrar mi bici por aquí, sería exponerla demasiado. La aprecio mucho para eso. Y que sepas que tengo en mente cuando haga menos frio hacer de nuevo algún recorrido de los que hicimos. ¡Rotterdam, Delft y Amsterdam caerán seguro! :D

    ResponderEliminar
  6. jejejeje! La empresa me dejó una bicicleta preciosa mientras estuve ahí, pero la verdad que no la usaba mucho... Vivía en el edificio grande cuadrado encima de la estación, justo al lado del edificio redondo (con un restaurante chino en el último piso). A la ofi tenía que ir en tren, con lo cual no la usaba... y mis compis no quisieron aceptar la bici de la empresa ;( Así que como casi siempre iba con ellos, tenía que ir a pie... jops! Eso sí, mis paseos hasta Scheveningen sí que me los he pegado... :)
    Has estado ya en Utrecht? Si tuviese que vivir en Holanda, me instalaría ahí sin dudarlo!

    ResponderEliminar